La Mejor Inversión que Puedes Hacer es Invertir en tu Salud

Si le preguntas a un chaval quién es su ídolo seguramente te diga alguien famoso. Messi quizá, quizá Cristiano.


Si le preguntas a alguien más mayor puede que te diga Jordan, pero es más probable que le haya aportado más en su vida sus propios padres que Michael Jordan. Así que puede que te diga “mis padres”.


Si nos vamos al diccionario vemos que ídolo significa “Figura o imagen que representa a un ser sobrenatural y al que se adora y se rinde culto como si fuera la divinidad misma.”


Demasiado rimbombante, parece que estemos hablando de un superhéroe.


Pero hay una segunda acepción que me gusta más: “Persona o cosa por la que se siente un amor o admiración excesivos.”


Esta ya está mejor. Está más aterrizada. Persona por la que se siente admiración excesiva. De este tipo de gente ya tenemos todos más referentes. Gente que nos inspiran cada día. Ya sean familia, amigos, personajes famosos…


En mi caso una de estas personas, entre otras muchas, es Carlos Soria.


No sé si lo conocéis, pero Carlos Soria es un alpinista que ha alcanzado la cima de 12 ochomiles. Supongo que no hace falta profundizar mucho aquí, pero es conocido por todos la cantidad de vidas que se ha llevado por delante el alpinismo en los Himalayas, así que algo trivial no es. Es verdad que ahora hay empresas que te llevan casi en brazos hasta la cima del Everest pero la esencia del alpinismo más clásico sigue presente por estas montañas.


Volvamos a Carlos Soria, ha hecho 12 ochomiles, la cosa es que el primero ha sido el Nanga Parbat con 51 años. El Nanga Parbat, pico apodado La Montaña Asesina, siendo la 2ª más peligrosa de los ochomiles.


Qué tenemos aquí! Pues que los 50 años es una edad estupenda para conseguir cosas. Este tío ha hecho montaña toda su vida pero es con 50 años cuando empieza a meterse en esta aventura.


50 años está bien, pero es que el último ochomil que ha subido Carlos es el Annapurna, montaña que tiene el dudoso título de ser la más peligrosa de los 14 ochomiles. Y ha subido al Annapurna con 77 años.


77 años.


Mi objetivo es llegar a 77 años pudiendo subir unas escaleras sin bastón. Pero este señor, ha subido al Annapurna con 77 años. Le faltan 2 para tener los 14 ochomiles.


Desde el Annapurna ha intentado subir un montón de veces al Daulaghiri, aún no lo ha conseguido, pero ahora, con 84 años, se va a intentar subirlo una vez más.


No sé si es mi ídolo pero desde luego que es una persona que me inspira. Poder llegar en esa forma física a esa edad está al alcance de pocos. Pero llegar de manera que nuestra calidad de vida sea decente está ya al alcance de más gente.


¿Y qué tiene que ver esto con el dinero?

Pues tiene que ver que sin salud no hay dinero suficiente

Cualquier persona enferma gastaría todo su dinero si con ello pudiese resolver sus problemas de salud.


Y cuando hablamos de salud no hablamos solo de no estar enfermo, que eso puede tocar y no hay vuelta de hoja. La salud va de intentar que no toque un premio gordo. De prevenir. Y para intentar tener calidad de vida en el presente y en el futuro hay que gastar.


Pero gastar en salud no es gastar, es invertir. Ese dinero invertido, con toda probabilidad, nos devolverá grandes ganancias en nuestra calidad de vida futura. Por eso es una inversión.


Los gastos que mejoran mi salud no los considero gastos, son inversiones en salud a largo plazo. Y estos gastos evidentemente no son solo medicamentos. Es más, los medicamentos serían la última bala, cuando ya está el problema encima. Pero es mejor evitar que llegue el problema en vez de luchar contra él cuando llegue.


Estos gastos entonces pasan por: comida sana, por gastar en hacer ejercicio, llámese gimnasio, llámese cacharros para hacer deporte, etc.


En gastos en salud también incluimos al fisioterapeuta que te arregla la espalda. Y por supuesto también incluimos aquí sesiones de terapia, ya que la salud mental es igualmente importante que la física, si no lo es más. Y por supuesto aquí va también el descanso.


Si hay que comprar un colchón con 20 capas de viscoelástico y aislar la habitación para poder dormir bien pues se compran. Se compran y ya está.


Al final la salud es un cúmulo de esas cosas junto con la genética. Basicamente si te cuidas tienes más posibilidades de disfrutar de buena salud. No hay garantía de nada, pero el juego va de poner las probabilidades de nuestra parte.


Por lo tanto, gastar en salud debería ser tomado como una inversión. No hay mucho más que rascar aquí.


No esperemos ser Carlos Soria, pero podemos aspirar a poder hacer un trote cochinero cuando lleguemos a la tercera edad. Y no se me ocurre mejor dividendo posible que poder levantar a tu nieto en brazos sin que te dobles por la mitad.


Otra opción muy lícita también es optar por la vía de vivir una vida de excesos a todo trapo y luego ser consecuentes con los posibles resultados. Esta opción no es mejor ni peor, es distinta. Pero a mi no me convence.


Pero la opción que no deberíamos contemplar es la de ser una rata asquerosa en temas de salud.


Si quieres gastar en algo hazlo en salud, si es que te interesa alargar tu calidad de vida, claro. Si no, gasta en ropa. Esta es mi opción, ahorrar está bien, pero no tiene sentido si no podemos disfrutar de una calidad de vida decente el mayor tiempo posible, y en temas de salud yo gasto y ya está.


No seré como Carlos Soria, pero con poder cuidarme a mi mismo según vayan pasando los años me llega. Y para cuidarte a ti mismo necesitas salud y dinero, para no depender de nadie.

Si quieres aprender de manera gratuita cómo poner tu dinero a trabajar puedes echar un ojo. A bastante gente le gusta, lo que no hay es garantía de que te vaya a cambiar la vida. Pero quién sabe...


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